TESTIMONIOS
COMPARTIENDO EXPERIENCIAS
Los relatos de las madres en primera persona ayudan a visibilizar la realidad, la ambivalencia, la complejidad y la riqueza de la experiencia materna, así como a aprender cómo viven las madres su maternidad en función de su historia, experiencias y circunstancias vitales.
«Para criar un niño hace falta toda una aldea», reza el proverbio africano. Y así ha sido durante toda la historia de la humanidad: la maternidad ha sido un evento no sólo familiar sino también social valorado y apoyado por las madres de la comunidad. Hoy en día esto ha desaparecido, dejando a las madres solas ante su maternidad, por lo que es necesario generar otras formas de apoyo mutuo.
La pertenencia a un grupo de apoyo, preferiblemente en la vida real, pero si no puede ser, aunque sea virtual, es altamente terapéutico y ayuda a prevenir muchos trastornos psicosociales asociados a la soledad y la falta de apoyo. Como madres, el poder expresar lo que nos sucede y lo que sentimos, y sentirnos escuchadas y escuchados, alivia el sufrimiento, nos ayuda a integrar las heridas y a sentirnos mejor.